miércoles, 20 de marzo de 2019

Rosa Esther Moro-Argentina/Marzo de 2019


No, es no

"No quiero" dijo afirmando la palabra apoyando con fuerza el pie en el suelo.
La mano grande, fuerte, resonó en su cara. Un hilo de sangre corrió por la comisura de los labios.
Sangre, la primera sangre, corriendo hacia el cuello, manchando la camisa blanca. Tontamente, miro el pincel que tenia en la mano. Era un pincel fino, de cerda suave y mango estilete. "!! Esta claro ahora!!! cuando llegué ella, te vas. No tenés nada que hacer aquí. Cuando se vaya, volvés." "No quiero" repitió. La voz le venía de un tiempo desconocido . Cuando la mano volvió alcanzar su rostro, su mano hendía el pincel estilete en el pescuezo hasta más allá de lo conocido.

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