No habrá más Juegos que sean motivo de polémicas o de crisis, como las desatadas ante los de Pekín. Los Juegos sólo han de otorgarse a los países que garanticen la ausencia de conflictos y tengan democracias consolidadas. Ese es el deseo y compromiso de los 205 presidentes y 550 delegados de los Comités Olímpicos nacionales que hay en el mundo, expresado en la asamblea de ACNO (Asociación de Comités Nacionales Olímpicos), en Pekín.
Sólo hay un problema. Ellos no deciden la sede, sino los 114 miembros del Comité Olímpico Internacional (COI). De éstos, sólo hay 15 presidentes de Comités Olímpicos. ¿Cómo lograr más poder de decisión? Esa es la cuestión. De momento todo queda en conversaciones de pasillos. En absoluto se habla de un golpe contra el presidente Rogge, pero sí de conseguir mayor presencia en el COI.
Rogge es sensible al tema, porque ha visto a los presidentes de los Comités seriamente preocupados por las críticas que están recibiendo los Juegos de Pekín. Espera calmarlas con un gesto del gobierno chino en las próximas semanas, aunque todos son conscientes de que la situación ha mejorado mucho cuando China presentó su candidatura por primera vez en 1993 y perdió por tan sólo dos votos ante Sydney. Y también es mejor que hace siete años, cuando se los concedieron. Él es heredero de una situación heredada por Samaranch, principal defensor de llevar los Juegos a China.
Rogge también comparte los deseos de los Comités Olímpicos de que los Juegos se han de conceder al país que más garantice la ausencia de problemas; es una teoría que defiende diciendo que si no es así no se tiene que respetar la norma no escrita de la alternancia de continentes, teoría que beneficia los intereses de Madrid, cuyo máximo rival parece ser Tokio. La de Chicago es conflictiva por la ocupación estadounidense en Irak y la de Río presenta problemas de seguridad. La opción de Doha y Praga se descarta.
Los presidentes de los Comités Olímpicos también trataron el recorrido de la llama, un tema que no estaba en el guión, pero cuyos incidentes abrieron el debate. Aconsejan que el itinerario, potestad del Comité Organizador, no dé una vuelta al mundo debida a no se sabe bien qué intereses, sino que parta de Atenas hacia el país organizador y allí efectúe un amplio recorrido.
Indignación.
En torno a la ACNO también se ha palpado "indignación" con los diferentes gobiernos y sus políticos, que ahora se plantean un boicot a la ceremonia de inauguración de Pekín, que incluso se ha aprobado en el Parlamento Europeo, cuando en los últimos siete años (desde que la capital china es sede olímpica) han seguido llegando a acuerdos bilaterales comerciales con China.
