Becarios de posgrado: la importancia de publicar

Jóvenes profesionales de la UBA se reunieron con investigadores referentes del Conicet para aclarar certezas e incertidumbres acerca de su futuro en la ciencia: ¿Cómo lograr investigar exitosamente en tiempos de menor inversión y mayor competitividad en Ciencia y Tecnología?

Becarios de posgrado de la FAUBA generaron un espacio de discusión para compartir experiencias entre pares y escuchar consejos de investigadores referentes en búsqueda de una buena carrera científica

(SLT-FAUBA) Para ser científicos, muchos jóvenes profesionales comienzan a investigar en el marco de becas de maestría o doctorado y continúan con becas posdoctorales. Sin embargo, esta etapa termina y quienes quieren continuar en el camino de la ciencia buscan consolidarse en puestos de mayor estabilidad. Una de las alternativas es postularse para ingresar a la Carrera de Investigador Científico (CIC) del Conicet, que conlleva una evaluación exhaustiva del desempeño de los becarios, ya que cada vez hay menos cupos y, por lo tanto, más competencia. Fue en ese contexto que un grupo de posdocs de la UBA se reunió con investigadores referentes del Conicet para debatir sobre cómo proceder ante un futuro incierto como científicos. ¿Cuál es la mejor estrategia para llegar a ser investigador?

“Un grupo de becarios posdoctorales de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) empezamos a reunirnos de manera informal para compartir frustraciones, incertidumbres y dificultades, y discutir acerca de nuestra actualidad y nuestro futuro como investigadores. Principalmente, queríamos saber cómo llegar de la mejor manera a postularnos para la CIC del Conicet. Para eso, tuvimos la idea de invitar investigadores consolidados de Conicet; queríamos conocer cómo habían vivido ellos la etapa por la que hoy estamos pasando y qué nos aconsejaban”, contó Josefina De Paepe, docente de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la FAUBA.

Para seguir en el ámbito científico, una de las alternativas es postularse al ingreso a la Carrera de Investigador Científico del Conicet. Las universidades, el INTA o el INTI pueden ser otras opciones viables. Foto: Conicet

“Escuchar los consejos de ocho investigadores con muchos años de experiencia fue muy enriquecedor. A partir de estos diálogos y reflexiones publicamos un artículo en la revista científica Ecología Austral, ya que pensamos que le podría ser útil a muchos otros becarios en nuestra situación. Ahora bien, ¿Qué información tenemos para orientar nuestro trabajo como becarios en vistas al ingreso a la CIC?”, se preguntó Pablo García Parisi, docente de la cátedra Forrajicultura e investigador del Conicet.

“De estos encuentros sacamos varias conclusiones. La principal certeza es que debemos publicar en revistas de alto impacto, ya que es el aspecto que más valora el Conicet. Parece una obviedad, pero también hay que considerar el esfuerzo que requiere, dado que estas revistas rechazan cerca del 80% de los manuscritos que reciben, y el proceso de devolución puede tardar casi un año. Entonces, debemos planificar de forma estratégica los años de formación doctoral y posdoctoral, que parecen muchos, pero pueden no ser suficientes ante unas exigencias de ingreso a la CIC cada vez más duras”, resaltó Carla Di Bella, docente de la cátedra de Forrajicultura y también investigadora del Conicet.

Para extender y enriquecer el debate, Carla, Josefina y Pablo elaboraron un artículo en conjunto con Fernanda Reyes, Victoria Piazza, Marta Telesnicki, Luciana D´Acunto, Florencia Spirito, Romina Cavagnaro

Variabilidad en el ingreso

“Si bien sabemos que el Conicet es demandante en cuanto a la entrada a la CIC, los requisitos varían. En un contexto como el actual, de reducción del presupuesto destinado a Ciencia y Tecnología, no se sabe con claridad cuántos trabajos científicos debemos tener publicados. Entonces, ¿Apuntamos a publicar en revistas de alto impacto, con alto riesgo de que nos rechacen, o en revistas de menor impacto, con más chances de éxito? ¿Cómo usamos nuestro tiempo?”, se cuestionó De Paepe.

En los últimos años se redujeron los fondos destinados a ciencia y técnica. Esto aumenta la competencia en el acceso de becarios y becarias a puestos de mayor estabilidad. Foto: comercioyjusticia.info

Ante esta circunstancia, Di Bella se refirió a su experiencia como becaria: “Si ya sabés que te querés presentar a la CIC del Conicet, desde el comienzo del doctorado tenés que plantear un cronograma de publicación. No sólo hay que aprender a administrar el tiempo para intentar publicar, sino también para realizar otras actividades como la docencia y la formación de recursos humanos, si pertenecés a alguna universidad. Para que el tiempo alcance, es fundamental pensar una estrategia de trabajo y tener prioridades claras, lo cual no siempre sucede”.

Experiencias para mejorar

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“Para enriquecer el debate desarrollamos una encuesta con la intención de incorporar experiencias de otros becarios y de investigadores de la CIC de todo el país. La idea es analizar las respuestas de los encuestados y comparar esa información con los consejos que ya recibimos. Vamos a conocer cuántos trabajos y en qué revistas publicaron quienes pudieron ingresar a la CIC en cada año, y también qué estrategias siguen los becarios actualmente. Ya tenemos más de 600 respuestas y necesitamos muchas más”, comentó entusiasmada De Paepe.

García Parisi destacó que con la encuesta podrán determinar cómo cambiaron los requerimientos para entrar a CIC con los vaivenes del contexto nacional, y así revelar cuáles fueron las mejores estrategias. “Además, vamos a validar algunas cosas que solemos escuchar a lo largo de nuestra formación. Por ejemplo, algunos dicen que conviene colaborar en las publicaciones de nuestros pares; otros, que eso no es relevante. Queremos que este esfuerzo sirva como guía para jóvenes becarios y que fomente un diálogo más abierto”.

“Durante el posgrado se atraviesan muchas etapas. Por ello es fundamental tener personas que te guíen. Yo tuve la suerte de contar con un director y consejeros que me señalaron los aspectos en los que debía enfocarme, pero sé que no es algo tan común. Depende mucho del equipo de trabajo”, señaló Di Bella. Por su parte, García Parisi agregó: “Dialogar y reflexionar en esta etapa puede ayudar a conocer los diversos caminos de la ciencia, más allá del ingreso a la CIC del Conicet”.

Opciones para investigar

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“Hay alternativas a la CIC que quizás desconocemos en nuestros días como becarios. Muchas personas quieren investigar y enseñar dentro de la universidad, o investigar y hacer extensión en el INTA. Es una elección. Son diferentes formas de hacer ciencia”, expresó García Parisi, mientras que De Paepe acotó: “Tiene que ver con encontrar la vocación. El grupo con el que escribimos el artículo refleja esa faceta. De los 9 coautores, dos ya están en carrera en el Conicet, otros dos se alejaron del ámbito científico, otros se estabilizaron en la universidad y otros nos volvimos a presentar a la CIC”.

De Paepe afirmó que intercambiar ideas entre becarios es muy útil para compartir motivaciones, frustraciones e inquietudes. “Dedicarse a la ciencia es una elección de vida; una tendría que reflexionar de antemano si es o no su vocación, porque el hecho de que hayas terminado un doctorado no implica que debas postularte sí o sí a un posdoctorado”. García Parisi compartió la apreciación y añadió que “ahora sé que me hubiera venido muy bien empezar mucho antes a reunirme con becarios e investigadores formados. El posgrado es una etapa que te va llevando: te graduás de tu carrera, te presentás a una beca, te sale, seguís con otra… y así”.

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Para concluir, Di Bella se refirió al acompañamiento durante la etapa de becarios: “Nosotros tuvimos la suerte de compartir espacios y momentos, pero conocemos casos de otros institutos y universidades del país donde hay un solo becario en 50 km a la redonda, y se puede sentir aislado. Esperamos que nuestro trabajo llegue a muchas personas y que las conclusiones nos ayuden a todos y todas”.

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